La brutal paliza que una patota krichnerista les dio ayer a los trabajadores del Hospital Francés mientras hacían la que ya se ha convertido en una histórica protesta por sus salarios y su fuente de trabajo vuelve a poner en cuestión la tan elogiada política de derechos humanos del líder revolucionario K que no puede soportar una protesta.
Esta mañana se comprobó que uno de los matones a sueldo era un fervoroso militante K. Sin embargo esta costumbre de enviar bandas que muelan a palos a quién lo critica no es un invento de los últimos días: muchos de los caceroleros de Río Gallegos aún recuerdan los golpes que recibieron en 2002 de un grupo de funcionarios liderados por Rudy Ulloa después de una arenga del entonces gobernador que había dicho en un acto del Frente para la Victoria “Se terminó, compañeros. ¡Tenemos que salir al frente! Si son 100, nosotros vamos a ser 2.000 ó 3.000. Pero, ¿cómo puede ser, compañeros, que nos dejemos atropellar así?"
Los rosarinos tampoco se olvidan de los palazos que les prodigaron los miembros de Barrios de Pie a los que osaron protestar contra el Presidente en el acto del Día de la Bandera.
Así, con paso firme y decisión, el kirchnerismo instaló una práctica que ya recorre el país y que se puede sintetizar en "para los nuestros todo y al que no me apoya ley del garrote, palo y a la bolsa". Pero claro esto debe ser sin que nadie se entere y todo muy progre, tal vez por eso muchos de los que ayer estuvieron en el francés fueron testigos de la orden que recibió un cronista para que deje de salir en vivo con la transmisión de los golpes.
11.10.06
Patota K
Publicadas por MM a la/s 10:11 a. m.
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