El abuelo Pinucho festeja su cumple desde la tapa de dos libros

No sé si será el destino porque no tengo claro si existe esa improbable posibilidad que sostiene que nuestros días están escritos. Tal vez sea una casualidad de la historia, tampoco lo tengo claro y la verdad no se si es importante, lo que me interesa es que en este diciembre que esta comenzando y en el que mi abuelo Pinucho, Pinélides Aristóbulo Fusco, hubiese cumplido años el 26 acaban de llegar a las librerías dos libros que llevan fotos de él en la tapa y -gracias a la tarea denodada e incansable de mi tío Edgardo- el correspondiente crédito. Evita de Felipe Pigna, editado por Planeta y el de Nelson Castro, Los últimos días de Eva.


No es la primera vez que fotos del abuelo Pinucho aparecen en libros, inclusive en las portadas de muchos, pero esta ocasión es importante porque van acompañadas por la autoría del fotógrafo en los créditos. Esto que para muchos puede ser un detalle menor para los que adorábamos al abuelo es central, por la sencilla razón que en honor a su memoria queremos que su nombre sea recordado por un pueblo que vio sus fotos una y mil veces a lo largo de los últimos sesenta años. Muchas gracias a los autores, en especial a Pigna que publica una foto de él.

Y esto es así también, porque para muchos editores las fotos son simples íconos que se utilizan para ilustrar libros y cuya autoría a nadie le importa, lo que es una gran injusticia para los centenares de excelentes fotógrafos que trabajaron y trabajan en la Argentina, poniendo su cuerpo para que en un click tomen una imágen que nos acompañará por siempre.

Ojalá alguna vez la Fotogalería del Teatro San Martín repare en el valor estético del trabajo del abuelo y quiera organizar una muestra con sus mejores fotos.