24.12.07

Lucía y las Pesadillas

Tengo tres hermanas dedicadas a distintas ramas del arte: la mayor es la ilustradora de la que ya hablé varias veces; la del medio prefirió ilustrar con palabras el devenir y si algún día me autoriza yynada publicará alguno de sus poemas, por el momento acepto felíz sus recomendaciones literarias; por último, la más chiquita, que nació apenas unos meses antes que el 10 le haga el gol a los ingleses, dice ser actriz desde qu tengo memoria. Sobre ella va el post.

Apenas podía armar algunas oraciones sueltas y ya le decía a todo el mundo que era actriz. Era chiquita, muy chiquita, pero estaba convencida que ya tenía una profesión para abrazar el resto de vida que a la altura de una mocosita es imaginar mucho más que el futuro. Cuando entró en la escuela primaria no se bien como pero empezó a estudiar flauta traversa por la tarde, era curioso verla intentando sostener una instrumento tan alto como ella, pero ahí estaba frente a un pentagrama hilando notas. Después, fue al Instituto Vocacional de Arte y una gran quilombera en la secundaria. En realidad, los años le hicieron profundizar sus ansias de correr por todos lados, gritar, saltar y todo lo que pone a los adultos molestos.

Ayer, mi hermanita Lucía estrenó su último trabajo como actriz. Cuando la vi llenar el escenario y compartirlo con buenos actores me emocioné y no pude dejar de recordarla huyendo de todos y tirandose de cabeza a la pileta con apenas tres años. Me impresionó su manejo del cuerpo y su capacidad expresiva que en su primera intervención -como una vedette/Barney a la que nada le sale rodeado de un cuerpo de bailarines entre los que está Bob Esponja y que mejor perderlos- con apenas un gesto en el rostro dice todo.

Fueron sólo dos funciones de Las Pesadillas de mi vientre, que sirvieron como prólogo a la puesta que piensan hacer el año que empieza en una semana. Es una obra que reune música, video y teatro a lo largo de poco más de una hora donde se recorren las pesadillas de un chico de diez años. Hay muy lindas canciones y algunos momentos notables en los actores: un tanguero que usa calzoncillos con Perón y Evita en cada una de sus piernas es ejecutado de manera impecable por Daniel Angelucci (que además es un gran cantante) para dar paso después a otro buen momento que parodia en forma muy divertida a Romeo y Julieta.

Acá te dejo un minuto:

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es muy difícil poder diferenciar entre rebeldía y alguien especial que quiere expresarse a su modo, como le sale y tal vez de una manera muy personal y particular pero no por eso -si lo analizamos más profundamente- menos válida. Siempre tuviste esa percepción para muchas cosas, hace mucho que no hablo con vos, sólo sé por las pocas cosas que me cuenta mi viejo. Pero aprovecho este espacio para dejarte un gran saludo y un abrazo. Seba.