Ramos

Hace unas horas murió Julio Ramos. Uno de los últimos -junto a Héctor Ricardo García de Crónica- periodista y dueño de su medio que estaba metido en la redacción sobre sus periodistas. Como ocurre con García, de Ramos se cuentan miles de anécdotas. Pareciera que cualquiera que haya estado vinculado de alguna manera a los medios tiene alguna. No son las únicas coincidencias que los unen, la forma de titular de Crónica y de Ambito también tienen puntos en común o ¿el penoso, no es el equivalente a los títulos catástrofes pero para empresarios y banqueros?
Lo conocí a comienzos del 2005 cuando la acompañé a Lilita a Ambito para hacer una entrevista. Era un día de calor y en su oficina, famosa por su pared llena de bicicletas de todo tipo y tamaño, esperaba él con dos de sus periodistas: Ignacio Zuleta y Rubén Rabanal. Fue una charla memorable que comenzó cuando llamó a su secretaria para que le prenda el grabador y que se publicó integra sin alterar una sóla letra a doble página un lunes y que me tuvieron como único testigo de una serie de cruces divertidísimos.
Carrió explicaba su posición y Ramos la interrumpía y le pedía "cosas concretas", ella hacía oídos sordos y continuaba con su relato y él la cortaba con alguna pregunta vinculada a alguna de sus obsesiones. Quedó sorprendido con la explicación del ingreso ciudadano para la niñez. Creo que hasta lo convenció o por lo menos logró conmoverlo, porque escucharla hablar de la pobreza y la desigualdad lo llevó a contar su infancia y las privaciones que vivió con sus hermanos. En un momento, cuando le dijo algo sobre la gestión y la mujer, Lilita estalló en una carcajada: "Usted es muy gracioso Ramos", le dijo sin poder parar de reirse y arrancándole también a él una carcajada.
Después de casi tres horas de discusión donde casi no hubo acuerdo en nada, Ramos que no podía dejar de ver todo como una operación matemática, se quedó mirándola fijo, con la mano en la barbilla y le dijo "al final, usted es una persona muy inteligente".
Ambito ya no será el mismo.