No nos queda ni el fútbol

Después del triunfo ante Racing y de que mi viejo pase por algunos sobresaltos con su salud había decidido ir con él a ver a Independiente el próximo viernes a la cancha de Argentinos. Pero me voy a quedar con las ganas. Los inadaptados de siempre que se reúnen los martes en el Comité Ejecutivo de la AFA bajo la batuta del inefable y eterno Julio Grondona decidieron que a la cancha sólo podrán entrar los hinchas locales y socios, de manera que la visión elitista y excluyente que impulsó Macri desde que privatizó Boca comienza a homogeneizar todo el fútbol.
Como saben que la responsabilidad de la violencia es de ellos y que esa responsabilidad la comparten con dirigentes políticos y como muchos que estamos fuera del circo nos dimos cuenta de eso, intentan mostrar que se ocupan, que están preocupados por un tema que conocen de sobra y que no tienen ningún interés en terminar. Sólo toman medidas llamativas que no solucionarán nada.
La única forma de acabar con la violencia en el fútbol es desatar la profunda connivencia entre dirigentes, políticos y policías. Junto a esto es preciso cortar con el clientelismo político que se vincula en forma directa con la utilización de centenares de jóvenes (y no tanto) que están expulsados del mercado laboral y saben que su cuerpo y su violencia se convirtió en una mercancía que tiene ricos y ambiciosos compradores.
Por el momento, me voy preparando una picadita para verlo por tele. Otra vez será.