Lobby, dinero y política

Hoy estuve con Adrián Pérez , un amigo que es diputado Nacional del ARI y que está recién llegado de un viaje por los Estados Unidos, adonde fue invitado por una ong que convocó a dirigentes jóvenes argentinos y uruguayos a unos días de trabajo por cuatro ciudades norteamericanas.
Adrián volvió muy sorprendido por el rol que tienen los lobbystas y como su actividad es normal e integrada a la actividad política cotidiana. En una reunión, pudo conocer a alguno de ellos que se presentó contando en detalle su actividad y el trabajo que realiza haciendo lobby para "empresas petroleras, porque mi hermano es el presidente de la comisión de Energía". Estos lobbystas provienen en la mayoría de los casos de la política a la que muchos la han utilizado como trampolín para terminar en esa actividad que les resulta mas redituable en términos económicos y para la que no necesitan del voto de nadie para desarrollar.
Cosas como estas generan en los dirigentes e intelectuales más lúcidos preocupación, porque se dan cuenta como los legisladores y funcionarios terminan presos de empresas y corporaciones que antes de ese lobby les pagaron millonarias campañas electorales y después de un mandato le cooptaron su legislador para tenerlo como eficiente empleado al servicio de otro lobby.
En los Estados más liberales y adelantados comienzan a tomar medidas: en Oregon, por ejemplo, prohibieron el financiamiento privado empresario de las campañas.
Es deseable que en Argentina y en toda América Latina lo hagamos rápido para no continuar pervirtiendo la política.