27.3.08

El discurso de Cristina

...yynada, desde hace bastante que nos cuesta entender eso de "gran cuadro político" que se supone que es la Presidenta y aquello de su hipótetico "brillante discurso" que han querido hacernos creer Alberto Fernández y sus secuaces. Por suerte hoy, escribió Beatriz Sarlo y, como siempre, aporte lucidez a tanta mediocridad. En un fragmento de su columna en La Nación dice:

"...Si Cristina Fernández de Kirchner no ignora esta historia (o no la olvidó en los años pasados en Santa Cruz), debió elegir con más cuidado las palabras de su discurso del martes, que empezó así textualmente: “Las imágenes que me tocó ver especialmente en Semana Santa, siempre Semana Santa ha sido emblemática para los argentinos, como si fuera una señal pegada en esta oportunidad a una de las peores tragedias que tiene la historia argentina, y que fue la del 24 de marzo de 1976. Señales, tal vez, que se toma la historia, la casualidad, pero lo cierto es que en estos cinco días, el último día fue 24 de marzo”. La Presidenta les dio línea a Pérsico y D’Elía, que a los gritos acusaron a los manifestantes de haber apoyado la dictadura militar.

Se dice que Cristina Fernández de Kirchner habla bien. Su discurso no lo prueba, si hablar bien significa algo más que hablar de corrido, no vacilar ni confundirse con los tiempos de los verbos.

El comienzo de su discurso, al señalar un vínculo entre las manifestaciones ruralistas actuales y el golpe de Estado de 1976 tuvo dos defectos graves. En primer lugar, se trató de una sugerencia, como si una cuestión de esta magnitud pudiera ser dicha al pasar, sin tomar en cuenta que va a ser escuchada como línea interpretativa que puede dar paso a las acciones y no como la ocurrencia de alguien que visualiza “señales” sin ton ni son.

No era el momento adecuado para que la presidenta de la República esbozara su tesis historiográfica sobre la complicidad de cualquier sector de la producción agraria con el golpe militar.

Por otra parte, cuando un político pronuncia un discurso de esa dureza debe saber que cada uno de sus párrafos puede tener efectos poco controlables sobre quienes se sienten atacados y quienes se sienten expresados por sus palabras. Cuando la gente de Pérsico y D’Elía entró en la Plaza de Mayo para desalojar a los manifestantes, la consigna gritada contra ellos asimilándolos a la dictadura militar había estado sugerida por las “señales” que creyó descubrir la Presidenta, emanadas de una clásica oposición “oligarquía versus pueblo” que palpita, desde hace cincuenta años, en el corazón del peronismo. No era momento para reactivarla...


Aquí esta su columna íntegra, de esta exponente de la oligarquía ganadera, terrateniente, imperialista y opositora del modelo de matriz diversificada que aún nadie puede explicar que significa.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Esa "lucidez" aparente es muy discutible. Te dejo lo que dijo León Rozitchner al respecto:

Lo extraño es que recién, por primer vez desde los medios, por boca de la presidenta de la República -y porque accedió a ellos en un momento culminante- aparezca exponiendo masivamente un saber antes cautivo, y le comunique a toda la población una parte de la trama trenzada de los intereses turbios, hasta ese momento desconocida para la mayoría de los argentinos: ligar el genocidio militar con los media y con la economía. Intereses que están en juego nuevamente en este momento crucial en que el poder económico quiere sitiar al gobierno democrático para volver a despojarnos de lo poco ganado, y cuando todavía falta tanto. Y no es extraño que una ilustrada figura universitaria, prohijada por los media, le contestara para amonestarla: "No era el momento adecuado para que la presidenta de la República esbozara su tesis historiográfica sobre la complicidad de cualquier sector de la producción agraria con el golpe militar". Está claro: la "verdad" no es para que la sepa la mersa, sólo debe quedar circunscripta a las "tesis" de la academia universitaria. Que aparezca difundida desde el discurso de la primera figura política en la democracia, y sea difundida por los medios, ese es el pecado. Y nos está dando el ejemplo de aquello que los escritores debemos rendir para acceder a los medios públicos: sólo si aceptamos que la verdad llamada académica quede, clandestina, dentro de los claustros. Si renunciamos a decirla en público.

http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/subnotas/102001-32129-2008-04-07.html

MM dijo...

Es la primera vez que publico un comentario anónimo. Siempre los borro antes de leerlos y nunca los subo porque estoy en contra de no hacerse cargo de lo que uno dice o escribe. Me molesta el anonimato. Pero esta vez, como el amigo invisible que escribió se tomó el trabajo de copiar y pegar un fragmento (y porque estoy relajado y tranquilo dado el triunfo del rojo) lo subo. Creo que también aporta al debate.
Ocurre que lo que Rozichner se olvida que pocos gobiernos como el de Kirchner aportaron tanto a la concentración mediática. ¿De que sirven los discursos "por boca de la Presidenta", si de la birome del marido salió el decreto que permitió la fusión de Cablevisión y Multicanal? ¿De qué sirve tanto grito y reprimenda si fueron los diputados peronistas K los que aprobaron la Ley de Bienes Culturales? Digo. Se me ocurre.