12.2.08

Murió un amigo

¿Qué hacer cuando se muere un amigo? La impotencia abruma, los recuerdos interminables no paran de golpear y los cafés, las charlas y las comidas pendientes que nunca se harán son la frustración que queda ante un hecho inesperado. Esta mañana leia los diarios tranquilo cuando un llamado me alteró para siempre, -murió Ariel Korob, me dijeron y todo quedó detenido ahí.

Estudié Comunicación gracias a él que me regaló un programa de la carrera una noche en la que volvíamos de Flores en el 133, aprendí lo poco que se del judaísmo en largas charlas donde se prestaba a responder mis preguntas al punto que una noche vimos junto a otros amigos La Última Tentación de Cristo con Ariel como instructor. Corrían los primeros años de los noventa y compartíamos militancia, lecturas y hasta un programa de radio. La vida nos llevó por caminos diferentes hasta que nos volvimos a reunir el año pasado y volvimos a hablar como si los años no hubiesen pasado. Y discutimos. Y nos reímos. Y lo cargué por Atlanta y me contó de sus jugadores. No volverá a pasar. Las asesinas rutas argentinas pudieron con un amigo.

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